My Cowboy- Capítulo 7




-Acabamos de ver a Lee Jinki montando a Dr. champ por Gwangmyyeong, amigos, y ha hecho un buen trabajo, con un total de 222 puntos en el open de Joseon, el joven y su caballo serán un equipo difícil de vencer -decía el presentador por los altavoces

La multitud aplaudió, a lo que el jinete saludó tocándose el sombrero. El presentador anunciaba a próximo jinete.

Donghae se acomodo en la silla, cerro los ojos e inspiró aire. El era el último participante, justo después del que acababa de ser anunciado.

-¿Estas bien?

Lentamente abrió los ojos y se encontró con el rostro preocupado de Hyukjae, tenia la mano en su pierna, incluso a través de su indumentaria, podía sentir el calor que de ella emanaba, lo cual lo tranquilizó

-Tan bien como estaba ayer y antes de ayer

-Bien- dijo él dándole un apretón. La hebilla que le había regalado brillaba en su cinturón- Esos días son los que te han traído a la final, cariño. Ahora solo tenias que seguir haciendo lo que vienes haciendo.

-Ya no me queda mas- dijo con una mano en el estomago. Había vomitado el desayuno en el baño, igual que los otros días, justo antes de cada prueba.

Hyukjae se echó a reír

-No tienes de que preocuparte. Lo único que tienes que hacer es entrar ahí y enseñarles lo que sabe hacer tu caballo.

Aun no podía creer que hubiera llegado a la final. Al hacer la reserva de una suite en el hotel, no confiaba en pasar de la primera fase.

-Para ti es muy fácil decir eso Lee, llegar a las finales ha sido un paseo para ti -le contestó

Hyukjae reviso el caballo que todo estuviera bien

-Yo todavía no he ganado, y tu aun no has perdido

-Hyukjae, como voy a ganarle a un 222?

-Con un 223 -contestó el cogiéndole la mano- ¿Que es lo que te he enseñado?

Había fuerza en su mano. Tranquilidad

-Que ganar es una actitud

-Ese es mi chico -contestó sonriendo- Ahora ve por uno de esos becerros

La sirena sonó marcando el final del participante anterior, el presentador anuncio un puntaje de 223

Tuvo la sensación de que el estomago, se le había bajado a los pies, e inspirando aire profundamente, entró a la pista

-Vamos Anchovy, vamos a elegir uno de esos animales y enseñarle a los jueces lo que sabes hacer.

Durante dos minutos y medio que siguieron, Donghae se dejó llevar por su instinto. Cuando la sirena sonó, el presentador lo despidió con elogios e hizo una pausa para esperar el puntaje: 223 y medio

Los espectadores gritaron, y en el lugar, sonó un claxon. Aturdido Donghae saludó con el sombrero.

Había ganado. Había ganado

Apenas había salido por la puerta de la pista cuando un par de manos fuertes lo tomaron por la cintura y lo sacaron de la silla.

-¡Hyukjae!

Hyukjae dio una vuelta con él en el aire y lo besó en los labios, y Donghae le rodeó el cuello. La excitación recorría sus venas, y aunque no estaba seguro si era por el haber ganado o por aquel beso, se aferro al cuello de Hyukjae.

Pero de pronto se vieron separados por la gente que venia a felicitarlos. A Hyukjae por su habilidad como entrenador y a Donghae por haber ganado. Se querían llevar a Donghae por veinte direcciones diferente. Le tomaron una foto junto a Anchovy y un periodista se acercó a el para realizarle una pequeña entrevista.

Jamás se había sentido tan feliz, y se echó a reír cuando Hyukjae le pico un ojo mientras hablaba con otro entrenador. Aquel momento era insuperable. Pero cuando Hyukjae ganó el open para profesionales, aun lo fue más.



La excitación del día se prolongó hasta la noche, el hotel donde se quedaban los participantes organizó una fiesta de clausura. Bajo el cielo salpicaban millones de estrellas, una orquesta tocaba y Donghae descubrió que los vaqueros hacían algo mejor que montar caballos: fiestas.

Casi sin respiración, rechazó amablemente que le proponía un empleado de otro rancho, y se dejo caer en una banca. Había estado como volando en un nube desde el momento de su Vitoria y necesitaba tener un instante de tranquilidad.

Cinco mil dólares

Donghae sonrió. No era un premio tan grande como el de Hyukjae, pero era lo suficiente para pagar la letra. El tejado del granero tendría que esperar otras semanas. Dejo vagar la mirada buscando a Hyukjae. Un grupo de vaqueros se lo habían llevado. Estaba tan atractivo con su traje que le había molestado perderlo de vista, y más después de las miradas de que éste era objeto. Donghae sonrió, no era su esposo en todo el sentido de la palabra pero nadie tendría por que saberlo.

¿Cómo iba a poder sustituirlo cuando se separaran? Se preguntó cerrando los ojos. Era una magnifico caballista, el mejor que había visto, y todo el mundo en Mokpo lo echarían de menos. Pero nadie tanto como él.

Sabía que estaba llegando a depender tanto de él, no quisiera que eso ocurriera, pero saber que estaba allí le daba una tranquilidad y una sensación de bienestar. Y había otros sentimientos, sentimientos que preferiría no identificar ni analizar, pero que estaban allí.

Nadie podría reemplazar a Hyukjae, lo sabia tanto con la cabeza como con el corazón, pero no le hacia ningún bien pensar en ello en estos momentos. Aquella noche, solo aquella noche que daño le hacia pensar que no se marcharía nunca?

Desde una esquina Hyukjae vio a Donghae en la banca y se dirigió hacia él. Lo había visto bailar en varias ocasiones, pero no había podido cortar la conversación que tenia con los otros entrenadores en ese momento. Sabia que estaba aun disfrutando de su victoria y no había querido interrumpirlo, pero el resto de la noche, era suyo.

Esta hermoso. Al verlo sentado con la espalda arqueada, se veía tan tentador que solo quería llevárselo al cuarto, quitarle la ropa y hacerle el amor hasta que los dos se agotaran. Tragó saliva y se maldijo por pensar así. Se había jurado que no iba a forzar las cosas, pero compartir el cuarto era mas difícil de lo esperado, saber que estaba al otro lado de la pared lo estaba volviendo loco. Se había despertado las dos noches sudado con las sabanas enredadas al cuerpo de tanto dar vueltas.

Tenía las mejillas rojas de tanto bailar y los labios ligeramente abiertos, tuvo que apretar los puños para no caer en la tentación de abrazarlo. Tenia el estomago hecho un nudo. Iban a tener que hablar de ese tema sin remedio. No estaba hecho de piedra. Si el no lo aceptaba, sabría donde encontrar alguien que lo hiciese.

Donghae abrió los ojos y lo que vio en ellos lo dejó clavado en el sitio. Era la misma expresión que tenia siempre que hablaba del rancho, pero ahora esa expresión iba dirigida a él con esa misma intensidad, ese mismo calor.

Se estaba engañando a si mismo si podía ir en busca de otra persona mientras no tuviese alguna opción con Donghae. Si tenia que esperar todo el maldito año lo esperaría, así fuera toda la vida lo esperaría, si eso significaba poder abrazarlo y ser mirado de aquella forma.
Con el pulso acelerado lo tomo de la mano y lo llevo a la pista de baile. Aquella noche, Donghae no bailaría con nadie más

Donghae se acomodo en los brazos de Hyukjae. Su aroma era embriagador. Estaba respondiendo en un nivel básico a algo que no podía ni ver, ni siquiera tocar. Era peligroso estar cerca de aquel hombre, saber que iban a compartir la misma habitación en el hotel. Intentó convencerse de que estaban bailando solo para el publico, como la pareja de esposos que eran, pero si eso era verdad que solo era por el publico ¿porque su corazón parecía un tambor y sentía que su estomago se retorcía?

Hyukjae no podía acercarse más a él. Si lo intentaba seguro hasta los arrestaban. Sus cuerpos se movían al ritmo de la música, pero lo que estaban haciendo no era bailar, y al deslizar la mano por su espalda, tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano por recordar que estaban en un sitio público.

El le rodeaba el cuello con los brazo, pero Hyukjae dudaba de que fuese conciente de que le estaba acariciando. Un sentimiento se le clavó muy dentro, incluso si lo poseía no desaparecería, sino que se haría mas profundo. La idea le asustaba, pero no podía evitarlo.

Con los labios le acarició la sien, y sintió acelerarse su pulso bajo la piel. Donghae le deseaba tanto como Hyukjae lo deseaba. ¿Qué sentido tenia seguir esperando?

-Donghae

Tenía los ojos cerrados, y Hyukjae le beso los parpados.

-¿Hmm?

-Volvamos a la habitación

Entonces los abrió. Tenía las pupilas dilatadas por la pasión e iba a decirle algo cuando la música paró y sonaron unos tambores. Dos hombres se acercaron a ellos. Uno iba vestido de sheriff del lejano oeste, y el otro era su ayudante, con expresiones muy serias.

-¿Señores Lee?- preguntó el sheriff, subiéndose los pantalones

Apretando los dientes Hyukjae soltó a Donghae y se volvió hacia él

-¿Si?

El sheriff carraspeó

-Los dos están bajo arresto

Aunque sabia que era una broma, Hyukjae sintió deseos de matarlos

-¿Porque?

-Por ladrones. Tendremos que encarcelarlos hasta que alguien venga a depositar la fianza

¿Por qué ahora? Gimió para sus adentros Hyukjae, dejando que le pusieran las esposas de plástico. ¡Maldita sea mi suerte!

Donghae se quedó mirando a Hyukjae mientras le ponían las esposas y se lo llevaban también, con la multitud riéndose. Hyukjae murmuró algo entre dientes y lo siguió.

Hyukjae abrió la puerta de la habitación, era más de media noche. Desde el momento en que los apresaron no hubo manera de escaparse incluso después de que fueron liberados.
Sin embargo no podía mentir, habían pasado un buen rato.

Encendió la luz y Donghae entro al cuarto. Iba cantado algo en voz baja, con los ojos brillándoles por la excitación de la noche. En la mañana se irían al rancho y Hyukjae sabia que una vez allí, todo volvería a hacer igual, se escondería tras los muros que él había creado entre los dos.

¿Y como podía culparlo? Se preguntó. Ya había tenido suficiente de hombres que habían intentado pisotearlo, y se merecía algo mejor. Se merecía un hombre que estuviera con él y no solo por un año, sino para toda su vida. Entonces paró a pensar en la suya, siempre de un lado a otro, noches solitarias… si hubiera alguna posibilidad, una sola…

No. Los vaqueros eran unos esposos desastrosos, eso era lo que su madre siempre le decía a su padre, antes de que se marchara. Además durante los años de trabajo había visto que lo que decía su madre era cierto. Los hombre dedicados a la doma, siempre pensaban en el próximo animal, en la próxima doma, en el próximo concurso. Seria solo cuestión de tiempo que llegase el momento de marcharse.

Deseaba físicamente a Donghae, pero la idea de echar raíces, de hijos, de una campana avisándole que esta la cena… lo asustaba mas que una manada salvaje. La idea de un hogar, un verdadero hogar, jamás había sido para él mas que una fantasía. Si no le quedaba mas remedio de darse duchas frías y trabajar dieciséis horas al día lo haría durante el próximo año, eso era lo que tenía que hacer.

Su determinación flaqueó cuando sintió una mano rozarle el brazo

-He pasado una noche maravillosa Hyukjae. Gracias

Cuando Donghae lo besó en la mejilla apretó los dientes

-Yo también

Él se lo quedó mirando un instante antes de sonreír.

-Buenas noches

-Buenas noches

Hyukjae lo vio caminar hacia su habitación y cerrar la puerta a sus espaldas y acto seguido se preguntó cual seria el caudal del agua fría que tendrían en el baño.
En silencio salió al balcón de su cuarto. Lo único que necesitaba era tranquilidad. Aunque después tuviese que pagar las consecuencias a la mañana siguiente, merecería la pena poder dormir sin soñar una sola noche.

Una brisa fresca sopló por el balcón. Las ventanas de las casas estaban ya oscuras. Todo el mundo estaba ya en cama… el último sitio donde él quería estar. Un ruido a su espalda llamó su atención, y el corazón se le paró al ver quien era.

Donghae estaba allí de pie, vestido solo con el pantalón de una pijama verde oscuro y su pecho descubierto, el corazón galopaba como si el demonio lo persiguiera. Donghae se acercó a él con un vaso de whisky y una sonrisa en los labios.

-He pensado que tendrías sed

Hyukjae tenía la sensación de haberse tragado una media de algodón. Tomo el vaso que le ofrecía colocando su mano sobre la de Donghae para retenerlo así un instante y disfrutar el mirarlo. Tenía los labios entreabiertos y húmedos.

Se bebió el whisky de un solo trago, agradeciendo la quemazón que sintió

-Donghae cielo -le advirtió con vos ahogada- Si estas poniéndome a prueba, será mejor que te advierta que no seré capaz de resistirla. Sino sales de aquí en un par de segundos, esa preciosa pijama saldrá volando seis piso de altura y tú vas estar debajo de mí en un par de segundos.

Donghae sonrió satisfecho, y tomó el vaso de su mano dejándolo en la mesa

-Vaya Hyukjae -contesto con voz baja y seductora- ¿Siempre eres así de romántico?

Fue todo lo que le hizo falta escuchar a Hyukjae. Donghae quedó sin aire cuando Hyukjae lo apretó contra si. Aunque había visto en su mirada una ansiedad primitiva, no había pensado que fuese tan fuerte.

Después de bailar aquella noche había sabido, como solo él podía saber, que aquella misma noches harían el amor, y el deseo de que llegase el momento, había hecho aun mas dulce la espera. Y al ver a que Hyukjae no iba a tomar la iniciativa, bueno había decidido tomar él las riendas del asunto.

Y ahora parecía que él había recuperado el control.

- Donghae …-Hyukjae con un tono anhelante y una picara mirada– Si querías acostarte conmigo, solo tenías que pedirlo.

Donghae no podría haber replicado ni aunque se le hubiera ocurrido algo, solo terminó sonrojándose. Hyukjae sonrió como solo él sabía hacerlo, abierta y francamente, y después lo besó. De forma suave y sin profundizar. Donghae decidió corresponder el beso dejándose llevar por sus instintos para satisfacción de sus deseos, aunque el no era muy bueno actuando sin su lado racional.

La sensación era abrasadora. Un profundo calor recorrió todo su cuerpo desde el estómago y notó como su cara enrojecía. La lengua de Hyukjae invadía ya su boca y Donghae no podía pensar, lo único que sabía era que quería devolverle el beso a su ahora esposo hasta gemir lo suficientemente fuerte para que se enteraran hasta Rusia, pero no podía hacerlo… un momento… ¡y por qué no iba a poder hacerlo! si era lo que de verdad quería, no tenía por que contenerse.

Entonces Donghae rodeó con sus brazos la espalda del otro para que no quedara ni un hueco de sus cuerpos que no se tocaran y lo que llevo a Hyukjae a subir su mano hacia la nuca de este profundizando mas, si eso era posible, el húmedo beso.

Escucho como Donghae gemía silenciosamente, y para intensificárselo Hyukjae froto su pierna entre las de su esposo. Éste sintió como si una corriente eléctrica cruzara por su entrepierna, haciendo que despertara.

- Ya?! - Hyukjae lanzó una mirada hacia el bulto que se había formado en las pijamas de Hae– que rapidez

-¡Es la primera vez que me pasa! –respondió un Donghae algo avergonzado y era la verdad, nunca antes se había calentado tan rápido y había deseado tanto a alguien… tal vez ni a su difunto marido

-Tranquilo, voy a encargarme de ese asunto… - Hyukjae besó con suavidad la barbilla del otro para distraerlo mientras dirigía sus manos hacia el pantalón del pijama.

Cuando Donghae quiso darse cuenta Hyukjae sujetaba su miembro por entre las ropas.

¡Oh, Dios…!

Echó la cabeza hacia atrás y sus manos se aferraron en los hombros de Hyukjae, ya que sus piernas le flaquearon. Esa mano cálida envolviendo su erección… Y cuando comenzó a masturbarlo gimió, como nunca pensó que lo haría. ¡Le gustaba demasiado! Nunca pensó que pudiera sentirse así. No podía pensar, solo abrazó a Hyukjae con un brazo y metió su mano también por debajo de la ropa interior de su esposo.

-Lee Donghae! -Jadeó sobre su cuello parando la intensidad de sus caricias al notar la mano en su miembro y testículos, haciéndolo estremecer

-Soy un Kim –respondió sin descaro Donghae

-No… -susurro Hyukjae en su oído- ahora eres un Lee, legalmente eres mío –intensificando las caricias en el miembro de Donghae

Este no refuto nada y solo dejo descansar su cabeza en el hombro de Hyukjae, apoyándose completamente en él, soportando las caricias que le proporcionaba. Las manos de ambos viajaban por sus pieles, apretaban y pellizcaban toda esa zona. Suspiraban, gemían, jadeaban sin control, solo importaban que el placer que estaban sintiendo durara todo lo posible y mas.

Ambos aumentaron el ritmo hasta el límite, Hyukjae sonrió mordiéndose el labio inferior al sentir algo de líquido preseminal por sus dedos. La respiración Donghae se veía tan agitada… Le encantaba! Simplemente no podía venirse sin ver el orgasmo de Donghae para tocar el cielo. Y faltaba tan poco.

Una gran ola de placer inundo el cuerpo de Donghae haciendo que temblara, echándose hacia atrás para liberar de su garganta un gutural jadeo. Toda la tensión sexual que su cuerpo acumulaba se disparó, llenando de semen la mano del otro. Al terminar apretó quizás con algo de demasiada fuerza la erección de Hyukjae y fue lo último que necesito esté para terminar, dando un gritó y derramándose.

Tardaron más de un minuto en recuperar su respiración normal. Ambos removieron la mano de los pantalones del otro.

Eso había sido raro. Nunca se había sentido así, nunca llegó a imaginar que podría hacer algo parecido con Donghae. Es cierto que lo deseaba desde que lo conoció, pero era una atracción, un deseo con forma imprecisa que le hacía hormiguear todo su cuerpo.

Todo estaba resultando tan excitante, vio esos ojos curiosos; la apetecible boca entreabierta de Donghae y terminó por caer. Porque en cuanto este hiciera un gesto por irse, envolvió en un abrazo a Donghae hundiéndose en su calor.

- Que pasa?

- No he dicho que vayamos a parar -respondió Hyukjae

Lentamente Hyukjae deslizó sus manos por la espalda hasta alcanzar sus nalgas y lo apretó contra él, y Donghae sintió su miembro contra el suyo, lo que sirvió para intensificar su propia necesidad, una necesidad tan fuerte que le hizo pronunciar su nombre e invitarlo a seguir.

Hyukjae lo levantó en brazos, lo llevó hasta el rincón más alejado de la puerta, estrelló el cuerpo de Donghae contra la pared y paso su boca por su cuello muy lentamente.


- ¡Oh, Hyukjae! –aferrándose en sus hombros arqueó la espalda hacia atrás. Eso le había producido una descarga por toda su espina dorsal. Hyukjae aprovechó esto para devorar con besos su pecho

Enfadado por la ropa que le estorbaba le quitó de una sola vez y violentamente los pijamas y a su vez se bajo los pantalones ya desabrochados y junto con sus boxers. Donghae se vio aprisionado entre la pared y su cuerpo. Notaba su erección contra la suya; ahora si piel con piel. La fría pared en su espalda y el cálido que lo tenía en el aire era un contraste que le hacía estremecer. Otra sensación era el de sus pieles mientras se abrazaban y acariciaban.

Hyukjae tomo un poco de aire y hablo.

- Donghae… sabes que voy a ser yo el… bueno el…

- Activo? -terminó la frase por él– Sí, me hice a la idea en cuanto empezamos; ademas quiero que sea así

- Bueno… -deslizó sus manos por la suave piel de las caderas de Donghae- ¿tienes algo que sirva para lubricarte? –y el gesto que vio a continuación fue lo mas sexy que alguien pudiera hacer

Donghae tomó su mano e introdujo tres dedos en su boca. En ese momento, mientras sentía esa lengua jugar con sus dedos y se daba cuenta de lo que vendría a continuación, Hyukjae perdió por completo la razón. Terminó de encenderse y se puso duro como piedra. Deseaba más que nunca enterrarse dentro de Donghae.

Cuando por fin liberó sus dedos, le pasó la otra mano por la espalda para sostenerlo con comodidad y le introdujo dos de un empuje. Donghae se aferró a su cuello dando un quejido ahogado.

- Aaaah! –musito, Donghae no se atrevía a moverse; sentía una mezcla de un poco de dolor y agradable placer

- Te he… hecho daño? –preguntó Hyukjae con voz ronca. En realidad era increíble que todavía le quedara suficiente coherencia como para hablar

- N-no… hmmm.... –Donghae lo miró a los ojos, nublados por el desconcierto y el deseo

Sonrió dulcemente Hyukjae comenzó a besarle el hombro suavemente y a frotar su cuerpo contra el del Donghae mientras movía los dedos en su interior para dilatarlo todo lo que pudiera.

Cuando Donghae dejo de estar tenso, comenzó a corresponderle las caricias y los besos, Hyukjae pensó que ya estaba listo, retiró su mano y lo volvió a sujetar por las caderas. Entró en él de una sola embestida, Donghae abrió la boca en un grito mudo y arañó inconsciente la espalda del otro.

- Aaah!! Noooo… Ah!… -Donghae no sabía lo que decía pues había caído en un torbellino de sensaciones

Y Hyukjae no podía ayudarlo, a duras penas podía pensar en otra cosa que no fuera el maravilloso calor que Donghae le proporcionaba en la estrechez que lo envolvía tan fuertemente. Llevó sus manos al redondeado trasero y volvió a apretarlo. Donghae volvió a dar un respingo y a pegarse todo lo que podía a él. Al parecer esa zona de su cuerpo estaba muy sensible.

A Hyukjae le hubiera gustado empezar a moverse enseguida y repetir la experiencia que esa primera estocada le había dado, pero las piernas de Donghae firmemente agarradas a su cintura se lo impedían. Supo que hasta que no se acostumbrará a la invasión no le dejaría. Poco a poco el otro se relajó para el agrado de Hyukjae que comenzó a embestir.

Entraba una y otra vez, sin darle tiempo ni a respirar, golpeando repetidamente ese punto en su interior que le había resultado hermoso de ver, pues Hyukjae veía como el gesto de satisfacción de Donghae se posara en su rostro junto con los gemidos que su boca entreabierta emanaba.

Donghae con su espalda se ayudaba de la pared para mantener el ritmo de sus caderas, sus brazos usaban la espalda y hombros de Hyukjae para estabilizarse. La fricción era fuerte, ya que la lubricación y la preparación no habían sido las mejores, pero no era algo que no pudiera soportar. Más bien era hasta agradable para los dos.

Lee Hyukjae estaba siendo suyo –pensaba Donghae

Kim Donghae se le había entregado a él –pensaba Hyukjae

Cuando el ritmo se volvió frenético y sus respiraciones completamente erráticas, supieron que no iban a aguantar mucho tiempo más. Los besos eran rápidos y fugaces por la piel que estuviera cerca de sus labios. Las caricias intensas y resbaladizas por el sudor. El cosquilleó y el roce que producía la erección de Donghae entre sus estómagos hizo que, junto con las embestidas a su cuerpo, ya no pudiera más.

Donghae sintió algo muy parecido a tocar el cielo cuando terminó con un grito manchando sus cuerpos. Cuando se vino, su interior se contrajo y Hyukjae gimió más fuerte derramándose dentro del otro en su última estocada, perdido completamente.

Hyukjae se apoyó en la pared aun con Donghae enredado en sus caderas y aferrado a sus hombros, tratando de jalar todo el aire que le faltaba. Cuidadosamente salio del interior Donghae llevándolo a la cama y se tumbó sobre él antes de besarlo en los labios con tal posesividad que parecía temer que se desvaneciera entre sus brazos.

Hyukjae se apartó de sus labios y fue recorriendo con besos su cuello, bajando hasta llegar a sus tetillas y Donghae gimió, hundiendo las manos en su cabello. Era como un sueño verlo tan apasionado, deseándolo tanto como él lo deseaba.

Ninguno supo cuanto tiempo quedaron así, abrazados el uno al otro, hasta que lentamente Hyukjae volvió a empezar a moverse y el tiempo ya no importó.

Hyukjae despertó poco a poco cuan el sol le rozó los hombros desnudos y se abrazó a Donghae, y su suspiro de satisfacción le hizo sonreír. Entonces lo besó en un hombro y lentamente fue ascendiendo.

-No deberías hacer eso -murmuró él medio dormido, pero extendiendo el cuello para que siguiera

-¿Porque?- mientras lo besaba en la nuca. No estaba seguro de si habría imaginado que tenía un punto especialmente sensible ahí.

-Porque…- Donghae contuvo la respiración cuando sintió sus dientes en la piel-… van a echarnos en cualquier momento. Son casi las doce

Decididamente aquel era el lugar, pensó al oírlo gemir.

-Cariño tendrían que venir los KIA TIGERS en pleno para sacarme de esta cama.

Donghae sonrió. Era como si su piel cobrase vida allí donde Hyukjae lo besaba, de tal forma que le era imposible quedarse quieto. Cuando sintió una mano en su pecho, se mordió el labio.

-Creo que no voy a poder caminar jamás -le dijo mirándolo por encima del hombro- ¿Es que nunca quedas satisfecho Hyukjae?

Hyukjae se echó a reír.

-¿Y porque no lo averiguamos?-le sugirió

Donghae cerró los ojos y se estremeció al sentir su mano en su entrepierna, y gimió cuando encontró su entrada.

Hyukjae tuvo que esforzarse por tener bajo control su propio deseo. Quería satisfacerlo a él, verlo disfrutar a la luz del sol con los ojos cerrados. Pero cuando volvió a escuchar otro gemido, su control se esfumó y le hizo darse la vuelta entre sus brazos para penetrarlo con la misma pasión que la noche anterior.

Donghae se arqueó contra él, su necesidad tan fiera e intensa como la suya. El temblor comenzó como el trueno lejano de una tormenta y lo sintió recorrer por todo su cuerpo hasta que de pronto estallo violentamente, volando en mil pedazos como cristal rostro, vertiendo su semen en medio de los dos cuerpos. Un instante después, Hyukjae vibró de la misma intensidad, pronunciando su nombre al tiempo que lo apretaba contra él.

Cuando fue capaz de volver a pensar, Hyukjae se incorporó apoyándose en los codos. Tenía la piel sonrosada y los ojos oscuros y somnolientos, fijos en él.

-¿Que estabas diciendo antes sobre satisfacción?- le preguntó y lo beso en la punta de la nariz.

-No seas impertinente vaquero y limítate a darme de comer, estoy muerto de hambre y a ver si podré caminar hoy -dijo con una sonrisa de satisfacción.

Cuando Hyukjae se inclinó de nuevo sobre él para besarlo, Donghae se las arregló para salir de debajo de él y sentar en la cama. Había sido la noche más increíble de su visa, pensó viendo la ropa tirada en el suelo.

-¿Y ahora que?- se preguntó pasándose la mano por el pelo, y se volvió a mirar a Hyukjae que seguia desnudo en la cama. Sin saber porque de pronto se sintió tímido y busco algo que colocarse, su boxer estaba al pie de la cama junto con el de Hyukjae, y sintió como le ardían las mejillas.

-No lo hagas Donghae -le dijo él y tiró de él para que volviera a meterse en la cama.

-¿Hacer que? -le preguntó sin mirarlo, pero Hyukjae lo obligó colocándole un dedo en la barbilla.

-No sientas vergüenza por haber pasado la noche conmigo. Entre nosotros las cosas no funcionan así. Los dos hemos esperado mucho para que esto pasara y también somos conciente de que era inevitable.

Donghae lo miró a los ojos y asintió. Tenía razón. Aunque lo había negado así mismo sabía que era así, que ese momento llegaría y en el fondo sabia que quería que llegase a ocurrir.

-Lo que pasa es que no se que decir ahora que… bueno… que, bueno ya sabes ahora.

-¿Y que esperas que ocurra? ¿Que me ponga mis pantalones y te diga, muchas gracias, he pasado una noche estupenda?

Donghae se echó a reír y se tranquilizó un poco.

-Lo que ha ocurrido esta noche ha sido muy especial para mi Donghae -le dijo, tomando sus mejillas entre sus manos- Tu eres especial para mi -y lo beso en los labios con tanta ternura que Donghae tuvo ganas de llorar.

Sabía que ninguno de los dos iba a tener suficiente con una noche. Ni siquiera estaba seguro de poder saciarse de él y reconoció en ese instante que al bajar la guardia sabía que terminaría por necesitarlo, por depender de él… por quererlo.



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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...